
La oscuridad era palpable cuando recogĂ mi cámara y me metĂ en una cálida chaqueta hinchada en un intento de evitar el aire fresco de la mañana. Una tormenta de lluvia habĂa pasado por la ciudad de Albuquerque la noche anterior, lo que llevĂł a los organizadores de la Fiesta Internacional de Globos de Albuquerque a cancelar Balloon Glow, el evento más esperado de la noche que muestra los colores brillantes de la gran variedad de globos que iluminan todo. sobre el campo de lanzamiento justo antes del anochecer. El fin de semana inaugural del festival de una semana de fama mundial habĂa terminado la noche anterior. Era lunes por la mañana, y a las 5:30 a.m., una serie constante de automĂłviles con matrĂculas deportivas de todo el paĂs ya competĂan por lugares de estacionamiento a las afueras del parque. Mientras me abrĂa paso a travĂ©s de las puertas de entrada, más allá de los vendedores que vendĂan productos verdes para el desayuno rellenos de chile y cafĂ© Pinon, destellos de luz y los sonidos de los generadores me guiaron hacia el campo de lanzamiento, que estaba cubierto de personas que animaban a los pilotos del Dawn Patrol: una colecciĂłn de globos que se lanzan antes del amanecer para evaluar las condiciones climáticas del dĂa. Un estallido de luz iluminĂł las estrellas y rayas de una redonda bandera estadounidense. Otro dio vida a una colorida máscara de Mardi Gras. Uno por uno, se levantaron con gracia del suelo, dejando espacios vacĂos en el campo que se llenarĂan rápidamente con los pilotos que participaban en la AscensiĂłn masiva preparando sus globos para despegar. Cuando los primeros rayos de luz llegaron al parque, partĂ en busca de un piloto en particular. Un piloto de Gallup, Nuevo MĂ©xico, llamĂł a Bill Lee, quien se suponĂa que me llevarĂa en su globo, el High Lee Like Lee, para echar un vistazo a la fiesta desde arriba. Mientras entraba y salĂa de un laberinto de globos en expansiĂłn, rastreĂ© al Piloto Bill y rápidamente fui llevado a la pequeña cesta debajo de un hermoso globo de color arcoĂris que se disparĂł hacia el cielo contra la luz de la mañana.
Cuanto más nos elevamos, más mágica se volviĂł la vista. El High Lee Like Lee y nuestra pequeña tripulaciĂłn de tres colgaron en el cielo junto con cientos de otros globos que juntos crearon un caleidoscopio de colores contra un cálido cielo gris. Toda la escena fue sin esfuerzo. Uno tras otro, se levantaron del suelo, llevando a sonrientes pilotos que respiraban el aire fresco del sudoeste y gritaban “buenos dĂas” a los globos que flotaban cerca. En una direcciĂłn, se podĂan ver las persistentes luces nocturnas de la ciudad, iluminando un camino hacia los rascacielos que definen el horizonte del centro de Albuquerque. En otra direcciĂłn, la primera luz del dĂa rozĂł las cercanas montañas Sandia. Con el tiempo, las manchas de azul y los rayos de sol comenzaron a abrirse paso en el gris de la mañana, aumentando la multitud de colores que pintaban el cielo. Durante casi una hora, flotamos, suspendidos en el tiempo, creando una fotografĂa y un recuerdo para toda la vida para los asistentes al festival que lo toman todo desde abajo. Cuando finalmente llegĂł el momento de descender, el piloto Bill nos guiĂł a un pequeño campo en un parque industrial cercano que ya servĂa como plataforma de aterrizaje para varios otros globos. En las calles cercanas, en los estacionamientos vacĂos y en los patios traseros de las casas vecinas, los globos regresaron cuidadosamente al suelo, mientras los autos de los espectadores detenĂan sus viajes matutinos para mirar.
Incluso cuando mis pies estaban firmemente plantados en el suelo, el piloto Bill y su tripulaciĂłn me hicieron saber que el vuelo no habĂa terminado por completo. DespuĂ©s de empacar cuidadosamente el High Lee Like Lee, nos dirigimos de regreso al campo de lanzamiento para atrapar la competencia de vuelo, recitar The Balloonist Prayer y bautizar el vuelo con un poco de champán. “Los vientos te han recibido con suavidad, el sol te ha bendecido con sus cálidas manos”, comenzĂł el piloto Bill, terminando la oraciĂłn con un resumen histĂłrico de los orĂgenes de los globos aerostáticos y completando la experiencia con un brindis por el burbujeante.
Cuando se trata del mejor asiento de la casa, es difĂcil superar la vista de este hermoso evento desde arriba. Pero ya sea que conduzca por la interestatal cercana, tome una cerveza en el patio de una de las cervecerĂas artesanales del centro de Albuquerque, o se reĂşna dentro del Balloon Fiesta Park, el espĂritu del suroeste, la singularidad del evento y los vientos acogedores y el sol naciente creará un recuerdo que no olvidará pronto.
La fiesta de globos aerostáticos de Albuquerque 2015 se llevará a cabo del 3 al 11 de octubre.
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